Sobre el Proyecto Salvar Nazca

 La historia del Proyecto Salvar Nazca comienza en el año 2012, con el fin de dar solución a un problema existente, que desde hacía décadas impedía un correcto estudio sobre las famosas líneas de Nazca, en Perú: la falta de unos correctos planos que pudiesen representar todos y cada uno de los elementos que forman las líneas de Nazca.

Para resolver el mayor enigma al que los arqueólogos se han enfrentado nunca, era necesario responder primero unas cuantas preguntas:

¿Cómo las crearon?

¿Qué tipos diferentes de elementos nos encontramos?

¿Qué disposición tienen dichos elementos en el plano?

¿Qué formas y tamaños tienen dichos tipos o clases?

¿Cómo están relacionados los unos con los otros?

¿A qué profundidad están excavados en el terreno?

¿A qué alturas se sitúan?

¿Qué orientaciones tienen?

Para responder éstas y más cuestiones, se creó el Proyecto Salvar Nazca, un equipo de investigación liderado por Carlos E. Hermida. Su función no era otra que realizar los planos más completos y detallados hasta la fecha, con el fin de registrar el mayor número de estructuras en una superficie de 2500 km².

El estudio se realizó dentro del área en la que se encuentran las Pampas de Jumana en el desierto de Nazca. Ha sido necesario recopilar 3750 imágenes por satélite y se ha creado un mosaico de 75 filas y 50 columnas. La zona abarca un estudio de 2500 kilómetros cuadrados. Cada geoglifo, línea y estructura de la zona ha sido estudiada respetando y cotejando la cartografía oficial del Departamento de Ica.

Para ello se han utilizado técnicas propias de la ingeniería civil en nuestro propio territorio: imágenes por satélite, CAD y cartografía, menos espectacular que los drones, pero más eficiente si se quiere trabajar a grandes escalas, y estas escalas lo eran. También se usaron drones, para apreciar los detalles menores, estudiando las estructuras más en profundidad con el fin de entender su estilo de construcción.

Apareciendo en radios y podcast, Carlos Hermida consiguió formar a un diverso grupo de profesionales de diversas ramas, desde gente que trabajaba en patrimonio, ingenieros y arqueólogos, hasta delineantes, diseñadores 3D, diseñadores gráficos, etc. Todos trabajaban gratuitamente desde sus propias casas, y otros muchos, que viviendo en Perú realizaban trabajos de campo, también gratuitamente, un dato muy reseñable.

En el año 2014 ya se tenía una segunda versión de esos planos, los cuales, fueron solicitados por la directora de Unesco, Nuria Sanz.

Posteriormente, en 2016, esos planos fueron contrastados con las zonas protegidas por la Ley del patrimonio cultural, comprobando así que muchas de las kilométricas estructuras carecían de protección legal, pues no estaban situadas dentro del perímetro indicado por Unesco.

Asimismo, el Proyecto Salvar Nazca pudo detectar gigantescas estructuras protegidas por la ley, que estaban desapareciendo paulatinamente bajo las frágiles construcciones de los lugareños.

El equipo del Proyecto Salvar Nazca continuó, desde entonces, su trabajo de investigación focalizándose en la ingeniería, estudiándose cada elemento con su inclinación en el terreno. Cada línea y cada geoglifo identificado, se estudió individualmente para conocer su perfil de elevación.

Finalmente, la relación entre sus formas, orientaciones, inclinaciones y disposición, dio al equipo del Proyecto Salvar Nazca la respuesta. Tras ocho años de investigación, ya se conocía la función de cada elemento, su relación entre unos y otros, el porqué de sus formas y su colocación en el plano. Todo analizado en un completo estudio de ingeniería inversa que se plasmó, en el año 2020, en un artículo científico titulado “LAS LÍNEAS DE NAZCA COMO SISTEMA DE RIEGO PARA MEGA COSECHAS DE AGUA”.

El febrero del año 2021, dicho artículo fue presentado en el VII Congreso Internacional Científico Profesional de Turismo Cultural de Córdoba, avalado por Unesco y organizado por diez universidades a nivel internacional. Un congreso que convocó a más de 150 investigaciones de diversas ramas junto a más de 100 universidades, donde el artículo científico mencionado fue premiado con el Best Paper al mejor trabajo de investigación.

Según Carlos E. Hermida, “las líneas de Nazca no son sólo un simple sistema de canalización de agua, son un conjunto de sistemas que trabajan con diferentes objetivos: recogen el agua de la lluvia y de la escorrentía, transportan el agua a largas distancias, distribuyen el agua a lo largo y ancho de todo un desierto, modifican su caudal para adaptarse a la orografía del terreno, recuperan el agua sobrante y posteriormente se acumula para épocas de sequía”.

En su declaración concluye, “gracias a este trabajo de investigación y a su transferencia desde el mundo académico al tejido empresarial, hoy disponemos de un sistema de gestión del agua que puede resolver varios problemas a los que nos enfrentamos en la actualidad: la desertización, la escasez de alimentos, la ausencia de zonas naturales, la extinción de especies por falta de espacio, la erosión provocada por lluvias torrenciales, la contaminación de los mares por culpa de los vertidos consecuencia de la escorrentía descontrolada desde tierra firme (como es el caso del mar Menor) y un largo etcétera. Todo, gracias a un complicado pero a la vez sencillo sistema de gestión de agua rescatado del olvido, un sistema creado por los Nazcas, depurado y perfeccionado generación tras generación. Hoy, en definitiva, ya podemos dotar de vida a los desiertos”.